Diríamos que no hay un solo corazón en la comunidad ciclista que no lata más rápido al ver este color: el azul turquesa "Celeste" de Bianchi se ha convertido en un icono de la pasión ciclista italiana e internacional. Durante más de 130 años, el fabricante ha dado forma a la cultura de la bicicleta con la pizca siempre justa de "italianità". Te llevamos en un pequeño viaje al pasado, cuando en la entrada del blog de hoy ponemos todos los ojos en Bianchi.

Edoardo Bianchi tenía sólo 20 años cuando abrió su propio taller en Milán en 1885. Al principio, sólo había unas cuantas bicicletas apiladas junto a ferretería de todo tipo, pero a más tardar en 1899, la "Officina Mechanica" de Edoardo estaba completamente dedicada al ciclismo y una bicicleta Bianchi ganó el Gran Premio de París ese mismo año. Diez años después, Bianchi tenía 400 empleados y era el fabricante oficial de bicicletas de la familia real italiana.

Hoy, a esta primera victoria en el Gran Premio le siguen innumerables ganadores de carreras con el maillot turquesa de Bianchi: Mario Cipollini, Jan Ullrich, Julien Absalon, Lars Boom. El legendario Fausto Coppi gana el Giro de Italia en 1947, el Tour de Francia en 1949 y se convierte en un héroe nacional italiano. 49 años más tarde, Marco Pantani se lleva a casa el trofeo del Giro y del Tour de Francia en una sola carrera, en su bicicleta de aluminio Celeste.

Bianchi es Celeste, Celeste es Bianchi. Algunos dicen que el tono turquesa pretendía capturar el cielo milanés sobre la fábrica de Bianchi, pero hay muchas leyendas en torno al color. Una de ellas dice que Edoardo dio clases de ciclismo a la reina italiana Regina Margherita y le construyó una bicicleta que debía captar el color de los brillantes ojos azules de su alteza. A ella le encantó tanto que le permitió utilizar el escudo real italiano en el logotipo de Bianchi como agradecimiento. Algunos piensan que esta historia es demasiado romántica, y que el color puede haber sido simplemente uno de los pocos disponibles en un mercado de pinturas en el que el negro en particular estaba muy solicitado. La procedencia exacta del color sigue siendo una cuestión abierta, pero lo cierto es que casi ningún elemento de la marca es un símbolo más concentrado de tradición, calidad y magia que el radiante turquesa de Bianchi.

Bianchi no sólo ha enriquecido estéticamente el mundo de la bicicleta, la marca también está a la vanguardia de la innovación.

Durante la Primera Guerra Mundial, los mecánicos italianos se dedicaron al ejército y en el proceso inventaron la primera bicicleta con suspensión total: en 1915 nació la bicicleta de montaña. Pesaba 35 kg, pero ahí estaba. Y aunque no lo adivinarías, Bianchi sigue fabricando hoy en día bicicletas de montaña de gran calidad, como la Methanol CV FS, ganadora de múltiples carreras de MTB y una full cross country de primera calidad. Está equipada con la innovadora tecnología CV de Bianchi.

Este compuesto especial de carbono es un producto innovador del laboratorio de Bianchi en Treviglio. En el proceso "Countervail", se incrustan capas de resina viscoelástica entre las fibras de carbono para producir cuadros de carbono de alta calidad. De este modo, el cuadro absorbe hasta el 80% de todas las vibraciones durante la marcha, lo que promete más control y ahorra energía muscular.

No en vano, el Bianchi Lab es un verdadero centro de innovación en el mundo del ciclismo. Cada bicicleta es montada allí por una sola persona, se utiliza el diseño 3D y, aunque los cuadros se fabrican en Taiwán, se prueban en Treviglio en cualquier situación de conducción.

En 1986, las bicicletas aerodinámicas para la serie C4 de Bianchi se pusieron a punto allí, antes incluso de que nadie, aparte de los desarrolladores de Fórmula 1, pudiera juguetear en los túneles de viento. En 1996, se construyó una de las primeras motos de carreras con frenos de disco para el piloto ruso Evgeni Berzin. Le siguieron una bicicleta de carreras de titanio para Magnus Backstedt, una bicicleta de contrarreloj para Pantani, la "Pirata", otra para el último Gran Tour de Mario Cipollini... la lista podría seguir y seguir.

¿Y hoy? Bianchi ofrece bicicletas de carretera, de grava y de montaña de la más alta calidad, e incluso bicicletas eléctricas. Algunos de los iconos modernos son la ya mencionada Methanol CV FS y también las bicicletas de carretera Bianchi Oltre, indispensables en las grandes competiciones. Los italianos tampoco decepcionan a los ciclistas inexpertos; las bicicletas C-Sport o Spillo están diseñadas para el uso urbano cotidiano y también convencen aquí. Ya sea triatlón, resistencia, ciclocross, con o sin motor, para bosque o asfalto: Bianchi juega en la liga superior.

Edoardo quería construir bicis que ganaran en su Reparto Corse. 138 años después, debería estar inmensamente orgulloso.

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